jueves, 25 de octubre de 2012
Por fin
Casi noviembre y aquí seguimos,
el alma empapada
por las olas de una tempestad
que se retira. No es culpa nuestra. Qué sè yo.
Gijón,
visto tras la terraza
de un café que no desoye tu voz,
que busca un sitio
que sueña con ser otro,
eterno y luminoso,
mientras el mundo naufraga.
Somos del paseo,
de La Buena Vida que lleva hasta tus ojos,
de la mañana tratando de salvar
mi jersey de invierno y mi rutina.
Sobrevivimos. Resistimos
a atarnos al mástil.
Es a veces el otoño un buen verano
en donde tu piel brilla.
Todas las mañanas son las primeras
cuando la derrota aún es hermosa,
cuando miras las calles de una ciudad
que es nuestra, sin relojes ni urgencias.
Andamos de un lado para otro
sin que la crisis nos doblegue.
Y aquí seguimos, ya ves, sin la tristeza
del viajero que regresa, contigo por fin.
Somos quienes somos. Aún vivimos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario