jueves, 18 de octubre de 2012

Futuros interiores

Regreso a tu futuro introspectivo, secreto, prohibido, maldito. Ocurre que uno tiene en su cabeza un torbellino de sentimientos y nostalgias que le mantienen insome en una siesta de libro. Fuera la vida gira como un torbellino, en esas está. Somos el acantilado que observa todos los atardeceres bellos, y le habla a las olas. Vuelvo a tu futuro preparando una huida. A veces me preguntan quién diablos me gusta y yo respondo que me encantan los soldados que se alojan en tu vientre. Vuelvo, aunque quizá nunca me fui, con mi jersey de mar y la calle que es nuestra. Paro un taxi silencioso, amor, y vuelvo a por ti, a quien adoro y perdono por estar del otro lado. Es nuestro futuro hablador y anunciante al que regreso esta tarde / noche, a tus llamadas perdidas a punta de recuerdo. Lo que todavía no entiendes es que no hay lumbre más ardiente que tus ojos. Lo que todavía no entiendes es que tu piel crea la tormenta perfecta. Salgo entonces de casa sabiendo que estás viva, aunque te hiera este otoño que encharca los pulmones, complicado como Cellini, como la aurora aquella que habitamos, tuya y mía.

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