Terminó la mudanza,
y yo vuelvo.
Fuimos felices en el máster
con un sol cegador.
Vuelvo como un animal cansado
entre el delirio y la cordura
como James Mathew Barrie
con los hermanos Llewelyn Davies,
aunque quizá nunca me fui.
Vuelvo a Ballota, a la vieja casa,
pequeño universo desierto
perezoso, que bosteza,
regreso al roce de los acantilados
y a las nubes primigenias,
al viejo lugar
donde siempre somos jóvenes.
Trae el horizonte, vestido de septiembre,
un nuevo comienzo,
ladridos de perro al amanecer.
Palpo la escalera desconcertada,
tallo nuestros nombres en los árboles,
esos mismos que escribía en los pupitres,
mientras termino etapas y versos
preparando futuras citas.
Pero a lo que íbamos. Seguimos el viaje.
Vuelvo y huele a recuerdo la vieja casa.
Abriremos todas las ventanas.
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