Estoy en un bar,
afuera hacía un frío terrible
y mientras tomo café -mi pasatiempo favorito-
saco el ejemplar de Bukowski
Poemas de la última noche de la Tierra.
Pienso a menudo que los grandes autores
son los autores que necesitamos
y se esconden en cuevas gigantescas.
Leo el libro entero, algunos poemas son buenos (para mí)
qué gran tipo aquel perro viejo,
los versos que albergan
algún significado.
Cierro el libro y acabo el café
para llenar el vacío.
Charles me tira unos versos a la cabeza:
Al cercanos los perros de las horas
nada pueden arrebatarnos salvo las horas.
Bukowski, un buen tipo al que le hubiera invitado a unas cervezas. Sus poemas son casi una sucesión de aforismos.
ResponderEliminarYa te digo. Cuánta razón tienes. O a unos gintonics...
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