miércoles, 21 de enero de 2015

Bosque

No se siente más voz que la tuya.
Me llamas al bosque y te repites
guía de un mundo que no es este.
Cae la noche
y un olor extraño cae
y un reflejo cae.
Tus pasos cierran puertas-trama.
Todo lo que conocemos
es una puerta en lo oscuro.
Podemos internarnos en el bosque, podemos
rumiar los instantes color lavanda.
No tardamos mucho en sentir cada fleco de nieve
en las yemas de los dedos,
igual que un poema de Denise Levertov.
Yo imagino que soy un pintor, me digo.
El barco zarpa sin ti y sin mí
pero lo que fuimos nunca se marcha.
A menudo respiramos el aire
de la flor invisible de la dicha
enterrada en las matas de muérdago.
Una sombra indica el camino. Eres tú.
Llena de nuevo mi vaso
y hablemos del presente, de noches solas.
El licor de tus ojos es mi antídoto
contra las lágrimas.
En tus cabellos encuentro
el hechizo del universo. Es así de sencillo.
Me has hecho olvidar sin dolor.
Adoro los arroyos y la música que creas.


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