jueves, 30 de octubre de 2014

Mi gato, el pintor

Mientras estoy sentado con mi portafolios
mi gato Kim Ki Duk
se sienta dentrás de mí
social y gratificante
para dar una fiesta de colores.

A veces gime, gruñe,
se pega el encontronazo conmigo,
me araña y sangro,
me pregunta airoso dónde está,
genuinamente
oriental.

Dibuja dibujos de gato, o pone énfasis sin dibujar
como hacen los gatos despiertos.
Hay grandes gatos que lo son
cuando tienen el poder entre las garras.
Me llegan sus cuadros como pedradas de arte.
En mi gato Kim hay surrealismo,
criminales condenados a muerte,
prostitutas, puertas azules,
vanguardia, ambigüedad.

Ahora mientras lo observo
él pasa por el borde de un cajón
abierto,
entre diferente y respetuoso,
y se aparta de un brinco.
Le salen las prisas por hacer
una pelota con mi poema
y tirarlo a la basura.


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