miércoles, 30 de noviembre de 2011

Canción del zapatero

Córtame esta nieve.
Tus besos valen más que tu frontera.

Escucha.
Cuando la noche incómoda te abrace
envíame en un sobre
tu sonrisa de cisne
desnuda y respetable,
el práctico recuerdo en primera persona,
tu tímido perfume
que resiste al embate de la helada,
la vieja luna
que es un remanso
y nunca se deshace.
Hazlo así.

Es difícil no sentirse zapatero.
Yo los remiendo.

Porque hay amor
incluso más allá de nuestra vida,
y sé que puedo hablarte.

Tus besos valen más que tu frontera.
Córtame esta nieve.

martes, 29 de noviembre de 2011

Ítaca

Si encontráramos Ítaca

tal vez el mundo sería más justo,

detendría su tráfico implacable

y coincidiríamos en decir

que hay tantos sueños

subyugados a nuestras sienes,

como promesas ciertas.

El sol sería el de los días mejores,

no habría viento caprichoso

y la luna se afilaría con versos

prendidos en la madeja de tu pelo.



Si fuéramos a Ítaca, en nuestra huida,

no necesitaríamos

mirar por los barrotes del aula

con mirada a la deriva

a los restos del naufragio.

Habría rumor de Lorca o de Quevedo

y subiríamos dos veces

a la misma noche

más allá de la vida.

Y te conformarías entonces

con el brillar del relámpago

que alumbraría nuestros rostros

como luciérnagas en tu pecho.



Quizá viajemos a Ítaca, algún día,

con la maleta a medio hacer,

tú dormirás en el asiento del copiloto

con tus sábanas de luz,

y aterrizaremos ilesos

con aliento nuevo y renovado.



Sé que iremos a Ítaca

con tu risa que es pasaporte y visado.

No quisiera que me amases

con el desconocimiento

de la selva inexplorada

ni que mi sombra se abrigue mecida

por el bienestar de tu llama.

Solo quiero que me acompañes un rato

para escuchar el latir de las horas.

Iremos algún día a Ítaca. Algún día.

79

Tu risa es pasaporte y visado.

sábado, 26 de noviembre de 2011

No sé qué decirte

Día luminoso y desordenado en Gijón. Como mi estado de ánimo. Hablo con el mar y escucho el viento que siempre tiene algo que decir. Escribo luego en el café habitual. Me entretengo primero con el autor de El paciente inglés, Michael Ondaatje, y sus poemas. El éxito cinematográfico de su novela contribuyó, al parecer, a difundir el resto de su obra (en ella su poesía adquiere un peso fundamental). Subrayo esto: "Porque en vela pasaste largas noches, / cuidando mi salud, que no la merecía: / por tu mano, la más acogedora / que en la tierra escabrosa fue mi guía". O esto otro: "Siempre había una trampa imprevista / con lo que el maestro derrotaba / al alumno que lo desafiara". E imagino que en ello estamos. Sigo después dándole vueltas a La Celestina. Trataremos de explicar en clase su frescura literaria que no acaba de envejecer, y llega a nuestros días. Hay tantos Calistos y Melibeas como historias en las calles, pero no todas son trágicas. Nada está escrito. La Celestina (también Tragicomedia de Calisto y Melibea) aúna un claro realismo que hay que llevar hacia los ojos más modernos. Y de eso, fundamentalmente, charlaré en mi espacio. Más allá de epígrafes y guiones (que están muy bien) daré siempre prioridad al valor de la palabra y a la capacidad reflexiva. Yo creo que en eso se basa casi todo. Antes de cerrar el libro, me acuerdo de ti que todo lo salvas y de tus palabras, soñadas o imaginadas. Todos llevamos, como te digo, un Calisto dentro: "Si no ha sido un sueño puedes considerarte afortunado. ¿Lo soñé o no? ¿Ocurrió de verdad o lo he imaginado?" No sé qué decirte. En cualquier caso, quieta ahí, es un atraco: Tus labios o la vida.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Decisiones difíciles

El viaje persiguiendo al sueño es lo que da verdadero valor al sueño. Me levanto tarde recapacitando sobre la clase que tengo que dar de La Celestina, y la reescritura teatral que hizo (no hace tanto) el poeta granadino Luis García Montero. Debes sintetizar, me dicen mis amigos. Sigo empeñado en darle carácter poético a mis clases, que el joven alumnado recapacite y tome conciencia. Que sepa que no todo está perdido sino todo por hacer. Nada está escrito, la historia no termina. Reúno mis notas. Les doy mil vueltas. Quizá sea una buena analgesia escribir estas confesiones. Qué sé yo. El sol amable y su luz queman mis sienes. Luego llego al café y, envuelto en las noticias de la mañana, observo a los estudiantes de Santiago de Chile exigir sus derechos y luchar contra las sombras mientras nosotros, desde aquí, exigimos los nuestros que tiemblan en mi pecho. Me pongo manos a la obra con mi nuevo proyecto de poemario, es una apuesta personal arriesgada, una decisión difícil. Quisiera trabajar por completo la obra de Lorca: su poesía, su teatro, y aquella de algunos de los escritores malditos de la literatura universal. Seguiré fiel el libro Lorca, poeta maldito, de Francisco Umbral, que me dará sugerencias y me orientará como Estrella Polar. "El poeta maldito", dice, "es un desarraigado, un desclasado, un ser que sufre complejo de destrucción, y hace de ese complejo y esa autodestrucción su obra de arte". Aunque me autodestruyan un poco las dudas y los sueños con voluntad voraz me sé un privilegiado. Hoy es siempre todavía y pensaré en ti que estás como una dalia en el arcén. Voy a tu encuentro. Estamos vivos.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

El asceta febril viaja a Nueva York

1
Es Nueva York
altura de edificio,
calor de asfalto.


2
¡Puente de Brooklyn!
Él me sujeta a Whitman,
a la utopía.


3
Cientos de cuerpos
de izquierda a derecha
abren el tiempo.


4
Ella me viste
y yo la visto a ella.
Verso ligero.


5
Tras de su perro
pasea una muchacha
por cortesía.


6
Tren subterráneo.
Arriba brotan ríos
de mi locura.


7
Me siento átomo
agitándome en masa
al horizonte.

martes, 22 de noviembre de 2011

Aún es martes

Aún es martes cuando parece invierno

y, día abajo, también llueve,

y el frío nos rasga la cara

en la ciudad que siempre habitamos.

Perdona mi ausencia.

Pero uno, que se embriaga sin haber bebido,

ha quedado con Montero y Margarit

para pensar en tu espejismo.



Aún es martes, testigo

de los sueños que hablan alto,

desdibujadamente,

que dicen que estás viva, que nunca es tarde

porque el mundo, mi mundo

anida en tu sonrisa que me sé de memoria,

la llevo a lomos

por charcos sucios

y bailes lejanos.



Sé que no encapsulo ni comprimo

lo que digo, ya lo sabes.

Será porque espero un motivo

para que alces tu voz que es baja y joven

con alguna excusa equívoca

sobre los hombros.



Aún es martes con alas de ave

mientras como Teófilo

vendo mi alma al diablo

para volver hacia ti,

a tus mariposas que laten en mi nuca

y me traen el primer abrazo

y entonces, bajo al día como te digo,

y abro la puerta de tus ojos

y recuerdo qué debe ser vivir.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Sísifo

Lo confieso. Nunca me gustaron las despedidas, y no me despido. Pero como Sísifo en un futuro perfecto sí abandono mi piedra al pie de la montaña. Mientras cruzo la ciudad observo el horizonte. El recuerdo ronronea como un gato entre mis sienes. El sol, que es amable, me comprende, y los transeúntes pasan con urgencias. No te voy a mentir. La utopía se encuentra a un puñado de pasos (no solo yo lo veo) y uno no logra alcanzarla. Mas camino sin pasos dudosos que es bastante. Vuelvo a ser feliz charlando sin sintetizar en clase (uno nunca aprende), con cada sms de mi amiga A. (me gustan mucho, ella teje siempre conversaciones frágiles, necesarias para el invierno, y compartimos referentes), o con una sonrisa que encierra todas las sonrisas. El horizonte del que hablo sabe a Paraíso Perdido y a versos de Neruda. Porque aún queda todo por hacer. Despliego las velas de mi barco y mis versos son el mástil de proa que luchará con el ir y venir de las olas. Buscaremos otro mundo posible y quizá más justo; o simplemente tus ojos un sábado de mañana, que me trae certezas.

78

El futuro abre la cancela y deshace el espejimo.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Puro invierno

Así que el invierno

era esto.

Despertarse sin pegar ojo

con un suave sobresalto,

con mis ganas de levantarte el ánimo,

de saltar los charcos

y sortear a la serpiente

que rompe la mañana.



A veces, ya te lo dije,

no dejo de ser el peor hombre.

Todos tenemos algún error maldito,

aquel del que huyen supernovas,

palabras de afecto nunca dichas,

risas congeladas, la charla

que nos salva del naufragio.



Así que el invierno era esto,

la angustia de escarcha

que anida en el pecho,

salir sin abrigo

con todos los errores del mundo

entre mis sienes,

como buscando a lo lejos un consuelo,

la calma para escribirte

el poema que aún no te he escrito,

un taxi vacío quizá.



No sé qué decirte

en este invierno inmisericorde.

Nadie recuerda uno tan frío como éste,

lo decia el poeta.

Así que callo,

insomne y asustado,

con el frío que entumece mis párpados

en este domingo de elecciones y de rumbos.

Y así, pendiente de partes meteorológicos,

busco la estrella de los vencidos

y tu futuro.

Todo empieza y acaba en ti.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Cambio de rumbo

Últimamente siempre llego tarde a las citas y al Centro de la Tierra. Es la entrega del I Concurso literario de Universidad de Oviedo. Entre los galardonados mi colega José Luis Sevillano. "Llegaré tarde", dije desde Mieres jodido y ausente. "Tranquilo, no pasa nada". Descarto las alacenas de la rabia tras verle unos minutos y sigo con los planes del día. Leeré, escribiré la historia de tu risa, pensaré en tus ojos de antes, donde me resguardo. Tu ausencia duele y me agrieta la piel, mientras intento vencer al abismo de la expresión y el sentimiento. Pero es muy difícil. Diría que me encanta tu voz al otro lado del celular, Noelia, tu tranquilidad en este mundo ancho y ajeno. Yo te daré pájaros si es necesario. También diría que me encantan tus consejos incitantes, Marcelo, la fragilidad de nuestras conversaciones desatadas (aunque tú no lo sepas). Sé que es conveniente otra vuelta de tuerca y un cambio de rumbo, de convicciones guerrilleras. Y en ello estamos. "Me cuestan muchas cosas, pero no me cuesta decir la verdad", te digo. No me cuesta decir en serio que me sé privilegiado. No me cuesta decir que me sé vivo al tener en mi entorno a Ángela, radiante y oportuna. Y si no te gusta, amigo lector, este blog a dentelladas, entra en Tu cita de los martes, de Javier Cánaves. Es muy bueno.



jueves, 17 de noviembre de 2011

Ya ves

Vuelvo de mi isla y me siento vivo

¿Quién soy?

¿Quién seré?

¿Quién debiera ser?

Tus ojos me salvaron del olvido

y me vistieron de futuro.

Ya ves.

Entiendo tus palabras, tus soles y mis soles,

aunque me extienda.

Te dije que no sé sintetizar, que no soy el mejor hombre,

pero todo es posible en cualquier tarde

plateada como Lorca.

Ya ves,

he escrito tu nombre en mi pupitre,

unos pocos versos a medias

con Pere Gimferrer:

"Yo quisiera un revólver,

escuchar a mi sangre

y no morir de miedo".

Ya ves,

quisiera un revólver, tus labios o la vida,

echar la vista atrás

y hacer balance de tu risa.

Ya ves.

Estar vivo, supongo, es tener miedo,

también fijarme en tu Cruz del Sur

sorteando al olvido,

sostenerle, desnudo y desarmado,

la mirada a las dudas

a sabiendas de que el abismo

es mi garganta que te busca,

entre sentir y expresar.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Votaré al PCM

Me encuentro alborotado a mi amigo X quien me pregunta sin ningún reparo a quién voy a votar. Y, por supuesto, me encanta. "Votaré al PCM", le digo yo. "¿Al PCM?". "Sí, al Pan Con Manteca", le respondo. "Yo pienso que es el mejor de los partidos posibles". Me cava por dentro con su mirada y se larga como si nada. A veces tienden a malinterpretar mis bromas. Y yo lo entiendo. Llego a Oviedo y me hago con Bestiario, de Julio Cortázar, por dos euros (aunque para mí no tiene precio). Me gustaría resguardarme en el relato y la novela para mantenerme a flote, ahora que tengo varios poemarios acabados. No hay que abusar. Luego me entretengo releyendo el Diario póstumo de Ramón Gómez de La Serna e intento buscar alguna greguería que hable de arte y que me sirva para el trabajo de mañana. Lo encuentro. Pero os dejo otro que me entusiasma: "El viento es torpe: no sabe cerrar una puerta". Saco en préstamo Welcome, la película de Philippe Lioret. Ya tengo ganas de ver cine francés. Doy un paseo por Uría antes de desquiciarme con la canción de autor y la poesía. Entonces uno se pregunta por qué no sabe sintetizar, y está jodido. Sé charlar y mirarme al espejo de cantautores y poetas. Pero no sé exponer ni podar las palabras que me salen. ¿Cómo podré mantener la boca cerrada tras diez minutos? Qué sé yo. Llego a casa muerto pensando en ti, que te llamas Patricia o Alejandra, y piensas como el viento en cerrar todas las puertas.

martes, 15 de noviembre de 2011

Lienzo y tacto

Desde el hombre que soy a veces me da por pensar en el amor. Últimamente hablo mucho del tema con mi entorno, que me pide consejo (pero no hacen caso). "Uno se pregunta si el amor tendrá edad, si el tiempo será implacable como los espejos", decía la poeta nicaragüense Gioconda Belli. Yo sé que no. ¿Qué pasa en mi interior? Continúo, trabajosamente, con mi charla para Complementos de Formación que tratará sobre la canción de autor y la poesía. Van unidas, desde mi humilde punto de vista, necesariamente. Llevará por título: Un poema no es una canción pero su orden se escribe con la voz de las palabras. Haré un recorrido por la trayectoria de Ismael Serrano, la del poeta granadino Luis García Montero, y hablaré de la utopía, si da tiempo. Pero es otra historia. Hoy fue el turno de algunas de mis compañeras y compañeros, y uno se sintió privilegiado. Me viene ahora el asedio de alguna frase y autores con eco. Ángel González, Horacio, Garcilaso, Joaquín Sabina, entre otros. Se habló de literatura y cine, Los Simpsons, Brian de Palma, pintura, fotografía. Pasión. Conocimiento. Entrega. Convicciones. "Poesía y fotografía comparten brevedad, potencia de imágenes, intensidad", dice mi amiga Ángela, y a mí me devuelve por un momento al viejo y leal Café La Corte, con su cristalera por la que veo desfilar transeúntes con prisas, camino de algún rumbo indiferente, pero quedan congelados en mi retina. "Solo soy cuando estoy en La Corte o entre tus brazos", escribí hace tiempo. Hoy me levanté reflexionando sobre el amor, como digo. Hay días en que el amor viaja en mí como sombra desquiciada. Pero también viajan las palabras y los pensamientos. Todos debiéramos ser aceptados, conocer las cuevas secretas y futuros perfectos. Reniego de las palabras sombrías, de las exposiciones irreprochables en estos tiempos convulsos. Escucho tus pasos en la distancia, y te convoco. Sé que eres tú y pronto brindaremos en un atardecer perfecto. A veces -me digo rebelde- me gusta ser testigo de mi vida impropia.


lunes, 14 de noviembre de 2011

Saberse vivo

Creo en la magia
Creo en los espectros
Creo en la serpiente
Creo en Ogigia
Creo en Bécquer
Creo en Supernovas
Creo en Galeano
Creo en Casandra
Creo en tus carcajadas
Creo en la Utopía
Creo en el Sur
Creo en los ultracuerpos
Creo en Dylan
Creo en las puertas de Tanhauser
Creo en el Paraíso
Creo en Gershwin
Creo en Madrid
Creo en las razones del viajero
Y todo se vuelve verdad.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Llámame

Ayer a las diez de la noche, de repente, reflexioné sobre mi encuentro con X. "Buenos días, bella durmiente".  "Hoy sí que te he visto". Y yo la miro encantado. Y ella me sonríe. Hubo un deslumbramiento que dejó una tarde preciosa. Fue el mejor momento del día. La realidad es a veces un asunto que desemboca en este cuaderno. Me digo: "Tu sonrisa es la única capaz de quitarme la sed que arde en mi pecho, en ella suena resumida la grandiosidad del planeta". La ciudad, en una tregua, me miraba demasiado a menudo con tus ojos y parecía otra distinta a aquella que veía antes de tropezarme contigo en Salesas. Estás en el rostro de los transeúntes en el momento de cruzar un semáforo. En una chica práctica, serena, bellísima, con una voz muy bonita y unos ojos que pasaban sin mirarme. Pero en ellos se encuentra uno a salvo, y miedo y ansiedad se esfuman. Luego, leyendo La utopía Skinneriana de José Luis Prieto, este fragmento: "La motivación como elemento determinante del comportamiento, o su ausencia, ha sido utilizada con cierta asiduidad por los mentalistas. Desde el punto de vista skinneriano parece más conveniente investigar seriamente cuáles son las contingencias defectuosas responsables de esa falta de motivación". Cierro el libro y no hay nada que pensar pero pienso, como haría Skinner, que un fracaso no es una equivocación, nunca lo será si miro tus ojos y me encuentro en ellos. Es relativo el éxito y es relativo el fracaso. Éxito: la risa, cada mañana, ponerse a escribir para acercarnos, la noche que te busca, tu nombre, el deseo, la complicidad, tu horario al doblar todas las esquinas. Fracaso: los charcos sucios, el cansancio incómodo, el desierto, un golpe de niebla o tu ausencia. Llámame, son apenas las ocho, regresas de las calles a mi pensamiento, metálico y humano. Llámame, no sé si te das cuenta, la amistad -como el amor- tiene letras diferentes, para decir dispersa, para verte y saberse privilegiado. Bien sabes que mi cuerpo conoce una memoria, y te busco entre todas las mujeres.

viernes, 11 de noviembre de 2011

De todas las mujeres

De todas las mujeres que me encuentro
bien es verdad que te escojo a ti
que alumbras compromisos y esperanzas,
los bares y tabernas poco transitadas
viniendo sin venir.

De todas las mujeres.
A ti que me miras apresuradamente
con ese nombre tuyo de tres sílabas
que suena a infinito,
irremediablemente tú.
En ti persigo el deseo y la vida,
sueños incólumes,
abrazos nuevos,
vientos muy tuyos
que van descalzos.
Busco tu rostro en todos los espejos.
La gente, bien lo sabes,
nada sabe de amor
si no se reconoce en nuestros pasos.

De todas las mujeres alejadas
yo me acerco a ti,
con mi pose y mi utopía
para creerme algo
aunque el mundo se agriete.

Y adoro ese Edén tuyo,
dulce y ferozmente,
porque eres ardiente supernova,
porque todo en ti encuentra mil razones.

Menos mal que por fin te encuentro.

De todas las mujeres
miro tu taxi, estás entre mis sienes,
con luz que escribe este futuro.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Tiempo

Como en la película de Rod Taylor basada en la novela de H.G. Wells, The times machine, me gustaría salvar a Weena de ahogarse, asaltada por el mar y la indiferencia. Charlar con ella del mundo hasta altas horas, de la paz y su equilibrio, de las relaciones entre unos y otros. Ella me comunicaría más que cualquier otro ser vivo. Encenderíamos una hoguera y miraría a sus ojos que arderían en mi pecho. Quisiera tanto ser un eloi, aprender que uno lleva dentro un coraje que está trastabillado y se muere por ver luz. Me recibirían hospitalariamente en mi primera visita y lucharíamos codo a codo contra los Morlocks fotófobos e implacables sin ser salvadores sino futuro, y esperaríamos una nueva aurora, invencibles, entre brindis y guirnaldas. Recuperaríamos un rastro de la infancia primigenia, de memoria, habitando nuestro presente. Les hablaría sabiamente de teléfonos móviles, voces de contestador, ordenadores, motores de búsqueda y abriríamos ventanas a la esperanza. Sin embargo, cuando miro alrededor, me atraviesa la flecha del tiempo como un lamento. Hoy no soy Rod Taylor ni tú mi Weena (no pude decirte nada). Pero, olvidado de horarios, no soy muy distinto al protagonista, tengo todo el tiempo en mis manos para vivir contigo. En ti respira el mundo.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Prender la luz

Querida habitante que me reconcilias con el mundo. Después de haber besado tus labios en sueños escribí esto: Te busco con mi pose práctica de James Dean en cualquier bus, con el gesto inamovible que procuro, mientras te digo que todo irá bien, que aún quedan cosas por hacer, que finalmente del pasado hay un aprendizaje que nos hará más fuertes y mejores. Qué tal vez somos más felices que ayer pero menos que antesdeayer. Que hay días oxidados que serán lluvia pero nos refugiaremos bajo el mismo paraguas, con urgencia y ansiedad. Hoy, el cielo despliega su manto de nubes tibiamente y el sol, que se lleva bien conmigo y repta hacia mí, derrama su calor con generosidad. Sigo dando vueltas a una posible novela. Al argumento. A los personajes. Continúo después leyendo Trilogía de Madrid, que comencé hace unos pocos días, del maestro Umbral. Subrayo: "¿Por qué no crear una asignatura nacional y genérica con el nombre de Monotonía? Incluso llegué a escribir un artículo sobre esto, que era, evidentemente, una crítica oblicua a la política educativa del Régimen, pero se me devolvió por iluso y difuso: yo estaba haciendo literatura". Podríamos hacer, pienso yo ahora, clases de fe o de coraje. O, por qué no, de timidez o torpeza. Sería irremediablemente interesante. Yo, que no sé prender las luces del aula y me encuentro en tu sonrisa, pienso en todo esto, y en que crucé contigo unas palabras, mientras me vuelve galopante tu voz del sueño. Sé sin duda que exites y sé que pilotaremos estrellas fugaces en un futuro perfecto. Seremos felices, qué diablos. Ese es el propósito.

martes, 8 de noviembre de 2011

Mi futura novela y Loriga

Un trayecto de tren. Puede ser intenso o aburrido, diría. Eso no es ningún descubrimiento. Coincido con ustedes en que puede resultar también desconcertante. Es cuestión de pasajeros optimistas. Me invento una muchacha, una tal Alicia, que me recuerda que la línea es recta. De ojos castaños, voz femenina, cifrada, absorta, cansada, indiferente, débil, que decía cualquier cosa. Viaja a mi lado, me mira, me sonríe, se distrae. Hay trayectos-cueva donde se esconde mi tinta hurgando en el entorno. Escribir es dejar constancia del tiempo giratorio. Escribir es decir que alguien espera. Decir es decir. Para ser poeta hay que, o ser muy joven o muy viejo, opinaba Ángel González. Se me va ocurriendo una posible idea para una novela (por qué no). Quedaría más con Marcelo. Vería más a Marcelo. Marcelo me aconsejaría bien. Me distraigo, sin hacer ruido, leyendo un poco. Loriga hablando de cine: "Yo estaba con mi abuelo la útima vez que fue al cine. Acabábamos de sentarnos cuando una mujer que llegaba tarde se puso a caminar entre las estrechas filas, por encima de nuestros pies, mientras trataba de encontrar a oscuras su butaca. Mi abuelo se levantó y le dijo con mucha educación: Perdone, señora; ¿no andaría usted más cómoda por el suelo?". Recordé entonces -a cierta hora del día, ciertos días, suelo hacerlo- tus pasos que no son más que una investigación pero también un hallazgo. Tan vacíos, tan llenos de ti.

lunes, 7 de noviembre de 2011

No me resigno

Después de la tormenta, no viene la calma, se decía Loriga (aunque uno le sostenga seriamente la mirada al sol y él le siga habitando). Regreso a las calles y observo a los transeúntes como luciérnagas errantes o aves migratorias surcando el mundo, hacia viejas tabernas. No sé de ti, que eres tormenta y calma, las dos unidas. Pero sé que me esperas, salvando las distancias, a las puertas de Tanhauser, sé que pronto aparecerás entre la niebla "¿Me echaste de menos?" "¿Buscaste mi rostro en el espejismo?", me dirás sonriente. Ahora toca idear días mejores y estratagemas, viajes nunca hechos, los últimos abrazos, Másteres de Profesorado en Casinos disparatados, amaneceres de futuro, y una y mil cosas. Ahora sé que uno es un poeta de letras difusas. Las palabras se evaden. Como decía Gioconda Belli: me lanzaré desde la cumbre como Ícaro porque quizás, porque tal vez, porque a pesar de esta tormenta, no me resigno.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Km 0 y plagio

Me gustaría con sigilo tener al alcance de mis manos un poema sobre Goya que aún no he escrito a partir de estas citas: "Solo después del Holocausto comprendimos a Goya" (Tzvetan Todorov), o, "Goya fue un pensador tan importante como Goethe, Dostoiewski o Kant" (De los periódicos). Mi dejadez habitual o el tiempo giratorio me han impedido elaborarlo. Me encantaría cautelosamente continuar con El asceta febril viaja a Nueva York (donde nunca estuve y visito a menudo desde mi ventana de arena), son apuntes relacionados con la ciudad y homenajes a escritores que hablan de sus calles. "Es Nueva York cultura de edificio, calor de asfalto". "¡Puente de Brooklyn. Él me sujeta a Whitman, a la utopía", dicen algunos de ellos. Es una lástima. Luego, al leer verdades duras en la prensa, Zutano elogia al Mengano suyo (como diría mi Benedetti) y digamos que me da por divagar y recordar que por muy linda que sea Nuria Roca seguiré creyendo -no sé si alguna vez te lo dije- que me  disgusta su prosa. Pero hay gente para todo. Y está bien que así sea. Otro tema recurrente: no recibo reforzador de I a mi sms sobre el plagio (aquellas bellas palabras de Martín López-Vega que a mí me interesan y me molesté en buscarle). No estará acostumbrada a buenas charlas con compañeros, pienso. Es todo psicológico. No me preguntes por qué, pero es así. Como buen conductista, es obvio, no me cuesta decir la verdad ni hacer lo correcto. Me decantaré por la extinción de sms. Es bueno tener sanos propósitos. "Me gustó tu intervención en la clase de DDC", me dice simpática y transparente E. Y yo cuelgo una sonrisa en mi rostro y le respondo: "No estuvo mal, y trataré de mejorar mis futuras intervenciones". Trataré de mejorar mientras sigo trabajando, por último, en mi poema "Todo lo que soy": "Y Dios me hizo escritor / de talón de Aquiles, / sangre, / manos que suenan íngrimas. / De verso libre / y afán de certidumbre / y buenos ojos / y vaivenes / y me obsequió caballos-de verdad-/ pues galopaban por mis venas". Es otra de las cosas que quiero tener al alcance de mis manos ahora que "Fantasmas hospitalarios" supera el escalón de los 17.000 pasajeros desde su Km 0. Es mi Ogigia particular. Me siento, como ya dije, un Ulises invencible en busca de su ansiada Ítaca. Y estoy feliz, como siempre estuve.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Castillos de arena

¿Por qué no me dijiste que estabas construyendo
ese castillo de arena?

Hubiera sido tan hermoso
poder entrar por su pequeña puerta,
recorrer sus salados corredores,
esperarte en los cuadros de conchas,
hablándote desde el balcón
con la boca llena de espuma blanca y transparente
como mis palabras,
esas palabras livianas que te digo,
que no tienen más que el peso
del aire entre mis dientes.

Es tan hermoso contemplar el mar.

Hubiera sido tan hermoso el mar
desde nuestro castillo de arena,
relamiendo el tiempo
con la ternura
honda y profunda del agua,
divagando sobre las historias que nos contaban
cuando, niños, éramos un solo poro
abierto a la naturaleza.
Ahora el agua se ha llevado tu castillo de arena
en la marea alta.

Se ha llevado las torres,
los fosos,
la puertecita por donde hubiéramos pasado
en la marea baja,
cuando la realidad está lejos
y hay castillos de arena
sobre la playa…

viernes, 4 de noviembre de 2011

Nervios

Cuando nací el médico me dijo: "¿Nervios?". Y yo le contesté: "No, a mí de eso no me ponga". Parece ser que uno es poeta sin interrupción, constantemente (o, al menos, lo intenta). Esta tarde haciendo el ser humano admití no tener nervios en el aula. "Somos desconocidos", susurré al docente. Pero en realidad no es tanto así. O sí. O qué sé yo. El caso es que cada día me entusiasma más acudir a estas clases como Jack Shepard acudía a su isla: descifrando enigmas, buscando la paz y su equilibrio, charlando con Kate, Sawyer, Sayid, Charlie o Claire. Todas y cada una de mis compañeras están sembrás y se instalan en las alacenas de mi optimismo. Tienen inquietudes. Sigo leyendo, de vuelta a casa, a Gioconda Belli y se me ocurre la idea de comenzar un poema bajo el título de "Todo lo que soy". Sé que quedará bien en estos tiempos convulsos para la poesía, en que uno trata de aferrarse a una Estrella Polar para que le oriente. Sé que las cosas van a ir bien, como le dije a X, no hace tanto. Y yo te miro a ti. Y todos los tesoros desembocan en tus ojos Sé que algún día lograré hablar contigo en clase si me esfuerzo. La timidez y yo..., soy un desastre... ¿o será el universo de mis nervios?

jueves, 3 de noviembre de 2011

JRJ y sigo viaje

Seguimos viaje, cada cual con el suyo propio. Y el sol, que me comprende, centellea entre las grietas de mi ánimo y me dibuja una sonrisa en la cara a pesar de esta maldita tos. "No es para tanto" me dice, agradable y luminosa, mi amiga Alba. "Lo que ocurre es que estoy dopándome más de lo que debiera", añado yo. En el fondo soy un privilegiado. Se me ocurre el disparate de contradecir al maestro Juan Ramón en las clases de hoy: "Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros / cantando. / Y se quedará mi huerto con su verde árbol, / y con su pozo blanco". Todo es efímero, todo es fugaz. Tal vez nos vamos de nosotros mismos, pero siempre queda -como te dije- una luz, un grifo abierto, la sombra de una puerta mal cerrada. Hago balance, de regreso. Tengo, al menos, 50 lectores crecientes que no cambiaría por ningún libro indómito (me echarían de menos si yo me fuera). Tengo un amor que ya no tengo y algunos amigos verdaderos e incitantes. La tristeza me queda floja como ropa que no me pertenece. Salgo a buscar el paraíso perdido leyendo a Gioconda Belli y trato de encontrarte, con mi calma urgente, entre supernovas luminosas por las que orbitan mis sueños. Sigo viaje, como digo, entre arrecifes de sombras y miradas desafiantes. En busca del Centro de la Tierra. Y de tu recuerdo. Nunca es tarde.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Marcelo

Se despierta uno pensando en la amabilidad de X y en sus sms que uno echa en falta más de lo que debiera. Esta peculiar sensación la tengo, por supuesto, muy a menudo. Sé que nos conocemos de poco. Y sé que tal vez en otro multiverso seríamos grandes amigos. Tal vez. ¿Y por qué no en éste? Alivio, tranquilidad, sosiego, paz. Llego a Oviedo, al café habitual y me siento en mi silla favorita. "Literatura es ver las cosas a través de una cerveza fría", calibré hoy. "O con café", añade Marcelo -lo sabe todo-, como un mantra. Con ello me recuerda que uno acostumbra en los últimos tiempos -¿días?, ¿meses?- a escribir con café. Día sí, día también. Mi amigo Marcelo está muy atento a este tipo de cosas. Marcelo es para los bares lo que Elvis para el rock. Una vez cambió un abrigo de cuero por seis cervezas. ¿O no era Marcelo? Buena pregunta. Uno tiene propensión en las horas muertas a recordar cosas imaginadas a ciencia cierta o aquellas otras decoradas convenientemente por la euforia. Se encuentra uno en el café La Corte, como digo, desde donde observa, con nitidez, todo Oviedo lleno de Oviedo, siempre y a todas horas. Oviedo huele a café y a futuro. También a cerveza compartida. Miro pasar los coches rezagados y desvencijados de Uría. Multitud, soledad (como dijera Baudelaire), términos equivalentes, y equiparables para el poeta activo y fecundo. Quien no sabe poblar su soledad, tampoco entiende de andar solo en medio de una muchedumbre ajetreada. Pienso al final de la tarde, sobra decirlo, en X, lúcida, amable, enigmática, encantadora, mientras doy tumbos en la oscuridad. Pero eso ya es otra historia.

martes, 1 de noviembre de 2011

Tu sonrisa

Es un idioma extraño y generoso suspendido en el aire. Es hermoso acudir a él.

Es una fotografía en movimiento que congela el mundo.

Es pura vida adherida a mi memoria.

Es espacio azul que se llena de mis sueños. Cualquier tarde hospitalaria.

Es el oxímoron que se cuela por debajo de la puerta.

Es prisa cansada.

Es luminosa, comprometida, fulgente, sentimental. Siempre al asedio de mis ojos.

Es certeza de futuro, amago de eternidad.

Es una carpeta de apuntes.

Es el canto que propaga la alegría en los días jodidos y tristes. En soledades perdidas.

Es una vacuna contra el miedo.

Es el orden que me salva de la ruina, del dolor, de la diástole suicida de la ciudad que me empuja en las ojeras de vida atropellada que son estos días.

Es demasiadas cosas.

Es la infusión que calma mis madrugadas de toses y desvelos.

Es el hueco en el que anido.