viernes, 30 de septiembre de 2011

Lo peor de la soledad

La soledad,
maldita hija de puta,
viene a mis calles.

El viejo tacto

Todo es como entonces. Y una mujer es un mundo.

Mi pensamiento sale flotando hacia tu imagen, como si fuera un astronauta.

Lo sé. Astillero es para mí la luna.

Risa rima contigo.

Los dioses dudan si me quedo en tus labios benditos y con el desierto de tu piel.

Son demasiadas cosas pero el sueño se conjuga en presente. Voy a tu encuentro, brillante y humano.

En tus ojos caben atropelladamente todas las tristezas del mundo. Y ya lo siento.

Reniego de los olvidos compartidos.

Lo confieso. En tus ruinas humeantes continúo hecho un lío. Vendrán tiempos mejores.

Deja de darle vueltas a la vida. En el horario de los bares dicen que son dos días.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Buenos días, Benedetti

Es agradable vagar por las calles de Gijón, con el otoño por todas partes. Quisiera quedar con F y compartir café pero el tiempo y las prisas no me lo permiten. Cada uno de nosotros es consciente del azar que nos impulsa cada día. A primera hora de la mañana me ha llevado a tropezarme con un tipo similar en todo -aspecto, estatura, gestos-, al viejo Benedetti. Bien: estaba a mi lado. Le había caído la cartera al suelo. La recogía sin alarma y con gran naturalidad, y la guardaba antes de cruzar el semáforo. Cosas como éstas nos enseñan a vivir. Luego, ya en el café, retomo unas palabras que Saramago le dedicó en su libro (ya póstumo), El último cuaderno: "Murió Mario Benedetti en Montevideo y el planeta se hizo pequeño para albergar la emoción de las personas. De súbito los libros se abrieron y comenzaron a expandirse en versos, versos de despedida, versos de militancia, versos de amor, las constantes de la vida de Benedetti, junto a su patria, sus amigos, el fútbol y algunos boliches de trago largo y noches todavía más largas". Cierto que era un hombre misteriosamente vivo, el mejor de los poetas de muchas generaciones. Aún recuerdo con entusiasmo ciertos versos: "Claro estaré en la orilla del mundo contemplando / eclipses / y regatas / y me pondré sombrero para mirar la luna / nadie pedirá informes ni balances ni cifras / y solo tendré horario para morirme". Nunca te irás si te sigo teniendo entre mis sienes, y tras tus versos me encuentro a salvo.


miércoles, 28 de septiembre de 2011

Lugar soñado

Se habla mucho en este blog de que aún quedan cosas por hacer, algunos dirán que demasiado. Ya. "Solo cuando dejemos de soñar estaremos realmente secos". Lo dice el poeta y lo recuerdo yo ahora. Sigo con las clases raras del Máster. Uno nunca ha sido de ir a clases. Y no lo está haciendo mal, no. De 16 a 21 h cada día. No queda tiempo para escribir, no queda tiempo para pensar, no queda tiempo para amarte, no queda. Uno es un boceto de hombre. Es verdad. Pero no todo está perdido. Uno, poco a poco, empezará a configurar una serie de horarios inviolables (vivir demasiado, crear demasiado, holgar demasiado, amar demasiado,presumir demasiado, esa es la idea). Varios días a la semana (martes o jueves) irá uno a Oviedo o a Gijón a escribir y a ver a viejas amistades. Viernes será un día libre como libre puede ser estar en La Corte. Sábado, comida ineludible con amigos con vino compartido y promesas al fondo del bolsillo. Domingo, casa y escritura. No es un mal plan, no. Miro hacia adelante y me encuentro contigo. Se me ocurre un posible título para un libro, Donde el amor inventa su infinito. Lo bello son tus ojos que contemplo. Codo a codo somos mucho más que dos. Continúo adorando tu rostro y eres un mundo. Sueño, luego existo.

martes, 27 de septiembre de 2011

Mundo abierto

No todo lo que merece la pena, lo conozco. Aún quedan cosas por vivir. Sueño, luego existo.

Seré feliz

Seré feliz pues tu sonrisa

me trae certezas.

Lo confieso: contigo

los días son azules

y como Bogart a Ingrid Bergman

nos queda aún París.

Bebamos juntos, yo te escribiré

retazos de mi alma,

versos abiertos y pendientes,

ese Astillero viejo y leal.

Haré caso omiso

al olvido que va vistiéndose.


Quiero susurrar mis deseos

donde aún viven tardes primerizas

que representan una dulce

forma de resistir.

Seré feliz, al fin y al cabo.


Tengo el consuelo de los sueños.

Me acostaré

a horas muy prudentes

para observar amaneceres.


Muchacha de mi vida,

habitante de cuerpos y rincones

únicos, por fin te encontré.



Sé que seré feliz.

Lo digo jodidamente en serio.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Elogio de un libro

"Las cosas. Estamos presos en las cosas. Vivimos en las cosas mucho más de lo que queremos admitir. Un libro se hace con pensamiento, con emoción, con vida, con erudición, con amor, con esfuerzo, pero lo que importa, luego, no es nada de eso, sino el libro en la mano, ese contacto incomparable del libro, la tinta fresca, el papel terso, la sorpresa del propio pensamiento ordenado, lineal y pulcro". Lo apunta Francisco Umbral en Mis paraísos artificiales. Y es en lo que pienso durante toda mi jornada del Máster, entre risas con mi compañero D. y clases disparatadas. Sacar el primer libro de poemas o de narrativa será emocionante -imagino ahora-. Será conmocionante. Derrumbaremos las cautelas, brindaremos con tu cerveza (esá que aún me debes) sabiendo que, pues vivimos, seguimos amando, y el mundo dolerá menos.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Allá donde fuimos felices

Me alumbra el olvido. De allí vengo.

Allá donde fuimos felices

regresamos a veces

abrazando en cualquier esquina,

impaciente y maravillosa,

la calma que vivimos

que dura lo que dura todo.


Está lloviendo sobre las palabras

que encharcan mis pulmones

y el recuerdo, sobre nosotros,

derrama su calor

mientras pasa su brazo

por nuestras dos cinturas.


Cuánta vida allá

donde habitó el deseo

y fuimos tan felices

-lo digo muy en serio-,

donde te dije buenas noches

preguntándote por tus sueños,

raudo como un relámpago.


Pudiera susurrarte esta noche

que te añoro

y jurar por tus caricias,

por tu jazmín que trepa cada verja

y araña mis pestañas,

que nada volverá a ser lo mismo.


Allá donde fuimos felices

me llega el olor de tu sombra

que me sé de memoria,

y tu nombre, y sonrío.


Se agolpa un rayo de nostalgia

en mi garganta y en mi alma.

Contigo vuelvo.

La velada

Me encontré a Lord Jim y a los Hermanos
Karamazov sentados en mi casa.
Hablaban de las noches y los mares.
Y Neruda escuchaba con la gorra
de marinero hundida hasta las cejas.

Ayer fue Ángel González quien vino a visitarme.
Y se bebió conmigo un vino de mi pueblo.
Me dijo que la vida es el instante
en el que hacemos pan o amamos fugazmente
a una mujer hecha de noche y de cristales.

Luego se nos juntó García Montero.
Había cogido un taxi y nos traía
la calle y el asfalto y confesó, feliz,
que había encontrado versos en ciudades
primigenias del viejo Lovecraft.

Azaústre corregía sus últimos poemas
y Machado, cansado y aburrido
buscaba en los estantes un libro de Unamuno.
La noche se poblaba de sales minerales,
de palabras y tinta y de papeles.

El mundo se hacía Dios en cada uno.
Y, siempre, como siempre, por las sillas,
o tirados, a veces por los suelos, Sthendal
Stevenson, Onetti y Alfonsina
rebuscaban estrellas en las losas.

Y, luego, como siempre, cuando el sueño
me ha venido a buscar, pacientemente,
acaricié sus almas y despacio
los volví a colocar hasta mañana
en la vieja estantería del salón.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Te busqué

A la sensación de que eres cada día.

Te busqué en cientos de miradas,

en todos los espejos

que encuentran tus razones.

Busqué tu hermosura ruidosa,

el sabor de resaca

donde poblar tus dudas.


Tú mueres sin vivir en mí.

Es verdad tu presencia.

Solamente nosotros

tenemos los labios ardiendo

en el fondo de mi bolsillo,

abrazos que conducen a tu vientre.


Te busqué en unos versos de Neruda:

"Para mi corazón basta tu pecho,

para tu libertad mis alas".


Te busqué en taxis sin nadie

y en esperanzas descalzas

mientras una voz susurraba,

aún hermosa y joven,

"perdona si me ausento".

No sé cómo decirte.


Te busqué y, al fin,

 supe de tu existencia

que ahora escribe mi futuro.

jueves, 22 de septiembre de 2011

El rey indiscutible

De mi encuentro con X en el Máster (rubia, jodidamente radiante, aunque nunca lo sepa) quedan unos versos: "Aunque el mundo se agriete / adoro tu rostro tan dulce /, ferozmente /, porque apareces en todos mis sueños / porque tu ausencia es una forma del invierno". Hablo con una de las dos almas que he conocido, mi compañero D, de esto y de lo otro. Por supuesto que es seguidor de House (no podría ser de otra manera) y de Perdidos (no es malo el gusto suyo, no). Luego callejeo por las calles de Oviedo y quedo con mi amigo J para hablar de cine y vida. Una vez en casa retomo mis lecturas, y de todas ellas extraigo alguna frase buena: Mis paraísos artificiales, de Umbral ("Hubo un tiempo en que yo creía que ser escritor, tener un estilo, era decir febricitante en lugar de febril"), la Antología de Alexandr Pushkin ("Si te engañase la vida / no te aflijas, no protestes, / aguanta los días tristes, / llegarán días alegres"), Concierto del desorden, de Leopoldo Alas ("Me gusta tenerte a mi lado / como si pudiera ser normal que estemos juntos") o El hombre que inventó Manhattan, de Ray Loriga ("Molly tenía un don, era capaz de estar en dos sitios al mismo tiempo, siempre que esos dos sitios no estuvieran muy lejos"). Cierro los libros y recuerdo a X, a C, a N, a E, a M, a L, a F, aunque siga pensando, al fin y al cabo, que continúo siendo el rey indiscutible de mi vida, o las dudas de estar vivo si ellas faltan.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

en un mundo a las 2:30 de la mañana

hay un hombre ahí fuera
que soy yo.
de repente a mi alrededor nadie.
están todos dentro,
y la puerta del garito, cerrada,
y yo estoy solo,
en la humedad de la calle.
o están todos en la calle
y yo estoy de puertas cerradas
dentro del garito.
en cualquier caso, es curioso,
estoy fuera.

Gravedad cero

Una mujer / siempre puede salvarte / de otra mujer.

A veces miro / la lluvia en mi desierto. / Soy perro viejo.

Cae la lluvia / y vuelve a entristecerme. / Piel de periódico.

Busco dibujos / de mujer en la arena. / Y nada encuentro.

Hay largos trenes / que pasan sin destino. / Ciudad perdida.

Yo este baile / no lo bailo contigo. / Estás solita.

Tarareaba / sin mucha presión. / Y santas pascuas.

Aun con tristezas / por mí corre la savia / del universo.

Cuando me muera / que me pongan desnudo / junto a la mar.

Tuve tu risa / y momentos dichosos. / Volví a soñar.

De vez en cuando / perro grande y mugriento, / viene el invierno.

Presos de este / maldito no llegar / jamás a nada.

lunes, 19 de septiembre de 2011

chica mirándome fijo

la chica me está mirando.
me concentro en sus ojos
y la observo
a las 7:35
de la tarde.

es una chica
de pelo castaño
entre alsas y reflejos.
está inmóvil,
como muerta.

y la observo
cierto y confuso,
con mi abrigo viejo
a lo James Dean. (ella me salva).

un desasosiego
ni muy grande ni muy pequeño
casi antes de que la luz
explosione.

estoy loco como siempre estuve,
nadie entiende.
todos giran.

me subo a mi bus,
ella mira
siempre colocada
desde su cartel.

es todo lo que queda
de esta tarde.



domingo, 18 de septiembre de 2011

No me preocupo

Una nueva etapa que me obsesiona con el comienzo del Máster, en la que solo conozco a un alma entre la marabunta juvenil (la conozco hace ya muchos años, nos llevamos bastante bien últimamente); miro sigilosamente a mi alrededor, observo. Nada me gusta más que ser poeta. Es de las pocas cosas que se me dan bien hacer solo, pero tendré que variar ciertas rutinas, en eso anda ahora mi vida en este intenso septiembre. Muchas noches antes de dormirme, cuando trato de no pensar en nada y pienso en todo, me pregunto cómo será este año en lo personal y en lo literario. Sé que está todo por hacer. "Con los ojos ciegos no sabemos ser felices", escribió José Hierro. Digamos que yo los tengo bien abiertos aunque me ciegue la luz de la que te hablé. "Eres muy sensible", me dice María amablemente. Sonrío con la certeza de que, vaya donde vaya, llevaré esa frase conmigo, y temblará en mi pecho como un abrazo. Parece estar hecha para mí, y lo agradezco. El cielo se va poniendo azul, y todo está a mi alcance. Yo, mientras, sostengo la mirada a las dudas. Siempre buscaré la mejor opción, y me saldré con la mía. No me preocupo. Nunca cierro las ventanas ni las puertas, siempre dejo un grifo abierto. Por lo que pueda venir.

sábado, 17 de septiembre de 2011

jueves, 15 de septiembre de 2011

Supe

Supe, al entregar mi libro esta mañana, que todo saldría bien. Se abre una ventana que trae perfume con sabor a prólogo y a victoria. Tanto la esperé. Es el mejor libro que yo he podido mandar. Siempre uno tiende a enviar el mejor libro posible, inigualable. Y es cierto. Este libro me permite salir al trajín de las calles aunque apriete el viento caprichoso y arañe mi espalda, aunque parezca que es invierno y todos tengan prisas urgentes (bendita literatura, mi musa con la noche encerrada en sus pupilas, encantado de conocerte y gracias por todo, por las emociones que compartimos, por descifrar conmigo el mapa del tesoro, después de tantos años aún soñamos...) Aún estoy vivo, con una media sonrisa, aún sigo haciendo planes, escribiendo versos, con la mirada puesta en el horizonte, no es tarde. Como decía el cantautor: "El futuro, geografía oculta de la memoria, es resultado de nuestras renuncias y nuestras victorias". Me encontraré con viejos amigos y brindaré en voz alta con vino compartido, pues como dice la radiante N, ya has ganado. Sigue siendo hermoso mirar a una muchacha que manda besos por el celular y ver que habitas en cualquier verso. Cada día es un milagro que nos reconcilia con el mundo, que intenta permanecer ileso mientras gira como un torbellino. Supe que todo iría bien. No nos rendimos con nuestra terquedad y seguimos buscando un trozo de cielo, supernovas que iluminen nuestros rostros y tiriten en nuestro pecho. Queda todo por vivir, y te espero.

martes, 13 de septiembre de 2011

Somos

Sigo pensando, como Leopoldo Alas, que vivir no es ir viviendo sino ser vivido. No hay ni punto de comparación. Camino entonces las calles que me llevan a la dicha y a tu regreso prendido en mi garganta. Somos Adán y Eva expulsados del paraíso. Tú eres jazmín en el arcén que despierta mi pasado, eres mi norte que disipa mis dudas, el amanecer que cambia mi mundo, que sigue soñando en este mismo instante. Menos mal que por fin te encuentro.

domingo, 11 de septiembre de 2011

El último sorbo de Dylan Thomas

Habito en mi propio reino de Oz
arruinado y magnífico,
camino,
quiero,
siento
con los ojos o con los oídos.
Despego mis labios
de los tuyos,
y me siento sereno.
Tomemos el último sorbo de Dylan Thomas
y salgamos afuera
con fuerza y esperanza.
Nada hay en esta ciudad
que no sepa a ciencia cierta
o no sea capaz de imaginar.
No hay pasado,
no hay voz estridente,
no hay malditas sonrisas,
no hay somnolientas sombras,
no hay olvido.
Charlemos.

Refrán

Mientras hay vida hay desesperanza.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Tu risa

Tu risa juega, se desliza, dice cosas bellas.
Tu risa dispara su luz de planeta errante.
A veces me da por pensar que cubre el futuro,
arroja piedras al olvido,
es una sutil lagartija.
Sale de una palabra de pétalo vivo
y ante ella mis pulmones respiran,
y palpitan mariposas en mis sienes.
Yo lo recuerdo. Sé que rompe amarras, aborda acantilados,
sin que nadie la detenga en este día.
Tu risa me hace libre,
me salva del hielo
rompiendo el espejo de las horas.
No se me olvida que sueña y ahonda y pone alas
a mi vida,
tan descalza y leve,
tan leve y decisiva.
Hecha horizonte de perfección
es un crucero de lujo,
perecedera e inmortal.
Tu risa viste otros cuerpos donde navega,
flota entre los restos del naufragio.
Perdona si insisto.
Es un cristal reluciente,
una estrella entre las sombras
o un nido que duerme
detenido al viento,
hondamente.
Allí estás tú.
Allí, de anchura azul.
Y yo también estoy.
Tú de susurro, de reino, de supernova
estás allí.
En tu sonrisa sonríen todas las mujeres del mundo.
Y fulgurante estás.
Y desnuda estás.
Y suavísima.

martes, 6 de septiembre de 2011

El exceso

He de beberte a sorbos muy pequeños,
deletrear las frases, hacer alto
después de cada encuentro, cerrar los libros de las confidencias,
amarte muy despacio, y distanciando
los besos como islas.

Hace falta ser calma

Me hago con Rusia en verso y prosa, de Rainer Maria Rilke, ante un día radiante que sabe a naranja. Y nada más abrir el libro, mientras el café burbujea, me voy a sus versos: "Aún recuerdas cómo eran de jóvenes las rosas, / cuando era lo primero que mirabas, de mañana, / y todo era nuestro entonces, lo cercano y la azul lejanía, / y no hacía falta que el pecado existiera". Al cerrar el libro me encamino a Parece que es invierno, quedará muy completo, pero nunca acaba de prepararse. Falta poco. Me escribe L. desde Madrid y me informa de que saldrá Como si no pisase el suelo, de Carlos Taibo, una biografía íntima de Fernando Pessoa en la que se nos habla, al parecer, de su ambiente familiar, adolescencia, el amor platónico de Ofélia Queirós, los heterónimos: De Campos, Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Bernardo Soares, etc, etc. Un libro interesante. Pessoa nunca se acaba, como mi libro. Vuelvo a la calma que se cuela por el cuello de mi camisa tras recuperarme de las fiebres. Vuelvo a pensar en las ráfagas de futuro que hay en tus pestañas, que todo lo llenan.


domingo, 4 de septiembre de 2011

La libertad

Me recupero de las fiebres y te explico que todo empieza y acaba en ti, pero tú ya lo sabes. Así que tu jazmín se aferra con fuerza a mi pecho mientras ordeno mi tinta y me encamino al abandono azul de las palabras. Busco entre mis interrogaciones la forma de tu beso y los abrazos que no tienen pasado, aunque escriba soledad. Evito el silencio entre las sombras desnudas. Es domingo y mi felicidad es ancha como una sonrisa. El tiempo es otro, y habito otro cuerpo porque mis huellas son certidumbres. Cojo entonces el libro Xavier Ribalta canta a Joan Margarit, que compré en Quijote, un libro que aúna canción y poema, como nos dice el propio Margarit en "La soledad, la melancolía, etcétera": "Un poema no es una canción. Ni tan siquiera un poema escrito es un poema recitado. Pero todo puede acabar sirviendo al mismo objetivo a una persona que lea mis poemas o escuche las canciones de Xavier". Leo el poema "La libertad" (uno de los que yo prefiero), donde dice: "La libertad es un extraño viaje. / La libertad es hacer el amor en los parques. / Es el alba de un día de huelga general. / Es morir libre. Son las guerras médicas. / Las palabras República y Civil. / Un rey saliendo en tren hacia el exilio. / La libertad es una librería. / Ir indocumentado. / Las canciones prohibidas. / Una forma de amor, la libertad".  Sé que tú eres libre y eres bella, con tus alas de papel. Hay una multiplicación de ti por las calles, por las tiendas, por los rostros. Todo empieza y acaba en ti.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Todo empieza y acaba en ti

Te esperaba a la puerta de aquel bar, verdaderamente lejos. Por fin llegaste tú construyendo recuerdos inviolables, y me quedé mirándote, y en tu sonrisa de cisne sonrieron todas las mujeres del mundo. Nada temo. Nunca es tarde si me atrevo a soñar entre tus brazos, y tu amor cambia mi mundo y corre por mis arterias. Somos quienes somos. Todo empieza y acaba en ti.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Harto

Qué suerte sonreír al sobrepasar los treinta años, al pie de cada verso. Qué suerte no haber sido un hombre triste ni haber buscado una taberna donde arriesgar mi nombre. Qué suerte el pequeño paraíso de mis fantasmas y de mi Alicia. Qué suerte poder vislumbrar tras los cristales un amor, el nuestro, que no existe. Tengo una gran suerte que me une al futuro de relativizar tanto el éxito como el fracaso. "Soñar no cuesta nada", se decía Gioconda Belli. "Le aconsejo soñar, / y no permitir que nadie lo convenza / de que no sigue usted siendo dueño, al menos, / del inmenso poder de su imaginación". Y en esas ando. Nunca he sido dado al correo electrónico pero recibo un sms de X (José Luis García Martín). Y como uno sigue sin saber leer los silencios, responde con la certeza de quien no es una sombra deudora. Seguro que X (insisto, José Luis García Martín) sabrá valorarlo.

Resultó muy agradable la lectura en la casa del verso. A ver si puedes leer tú la próxima vez.
Un abrazo JLGM

Resultaron muy extraños estos siete años en Oliver en los que no se valora el trabajo. No leeré la próxima vez, y seguiré con mis fantasmas. Estoy "fuera", como siempre estuve. Un abrazo fuerte. MAG

Hoy me siento como un árbol que se supiera hombre. Tengo el pasado a mis pies. Sigo adelante buscando una isla perdida sin mapas ni tesoros mientras escuchas mis idas y venidas. Hoy es siempre.

Máxima

"Por escalones de sueños y cansancios míos baja de tu irrealidad, baja y ven a sustituir al mundo" (Bernardo Soares).